domingo, 2 de diciembre de 2012

Impotencia

No decido no saber las cosas, simplemente no las entiendo. Las personas aprenden, pero antes de hacerlo se sienten impotentes ante la gente que mira por encima del hombro a los demás. Se que ellos pueden hacer cosas que tú no puedes... Pero realmente no hay que vivir con el miedo del qué dirán, siempre alguien querrá que te sientas inseguro aunque no debes. Pues tú aunque no sepas cosas puedes aportarle muchas más al mundo de las que crees, no pienses que no eres importante, eres igual de esencial que los demás o incluso más.
Cuando quieras mira tu reflejo en el espejo y verás a alguien grande, a la mejor persona del mundo.
No te sientas impotente, no lo eres :)

domingo, 18 de noviembre de 2012

Día de lluvia

El frío se apoderó de mi cuerpo, solo escuchaba el sonido que creaban mis zapatos al pisar los charcos. Realmente no sabía hacia dónde me dirigía, pero necesitaba cobijo...
La lumbre que inundó mi cuerpo la divisé allá a lo lejos. Nunca en mi vida había sentido ese bien estar, como el calor de una madre cuando abraza a su niño y le canta la más dulce nana para que sus ojitos se cierren, como el olor de la tierra mojada que invadía cada rincón de aquel lugar, pero sobretodo, era una luz que brillaba de tal manera que no pude evitar acercarme cada vez más a ella. No cesaba, ni se apagaba cuando la lluvia rozaba un ápice de su colosal brillo. Imposible no sentirse atraido por ella, la luz que me consumió, aquella que hizo que la lluvia cesara.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Historia de una ninfa

Desperté, y a mi alrededor una suave brisa abanicaba mis cabellos. Sólo su sinfonía me dio la bienvenida, como si de una celebración se tratara y un embriagador aroma a flores silvestres adornaba mi piel. Aquella piel espumosa como las olas del mar y brillante cual rallo que proyecta el crepúsculo en el lugar más sombrío de un bosque.
Creía que nadie conocería mi historia, que yo era el alma de aquel lugar y permanecería en soledad por siempre... Algo cambió en el olor del viento, notaba su presencia, se estaba acercando a mí, pero yo sabía que él no me haría daño. Se quedó cautivado con mi mirada, mis ojos violáceos se reflejaron en los suyos. Intenté huir, pero realmente no deseaba separarme de aquella maravillosa criatura. Era tan diferente a todo aquello que me rodeaba, su piel era de un color extraño y de su cabeza no brotaban hojas y cortinas de flores, si no una lacea melena color marrón. Seguimos mirándonos el uno al otro, pero decidí huir, creo que no estaba preparada para contar mi historia... tampoco sabía si él estaba preparado para unirse a mí, yo, un ser de la naturaleza, más planta que persona, pero con un corazón...
No volví a verlo y perdí todas las esperanzas, pero aún así lo esperé...
Tras el duro invierno, mi piel volvió a tener el brillo de las mareas y mis flores germinaron, pero aún así no florecieron... Esperaban a que él regresara para estar conmigo... Entonces cambió el olor del viento...
Una mirada, la suya, se clavó en mis pupilas... Se acercó y me rogó que no volviera a huir de su lado. De mis ojos cayó una lágrima y sus labios se encontraron con los míos.
Me pidió amor eterno, me pidió estar conmigo para siempre... Amor... tú haces cometer errores y yo no le pude dar la inmortalidad eterna, sólo pude fusionar nuestras almas y así estaríamos juntos para siempre...
Desde que él dejó su cuerpo cada noche en luna llena miro mi reflejo en el lago y veo su rostro... Tan eterno y tan perfecto como la primera vez que nos enamoramos...